Por años, he entretejido la metáfora de las artes marciales con mi forma de pensar, escribir, entrenar y asesorar sobre la metodología de GTD®. Tuve la suerte de poder estudiar kárate durante varios años cuando estaba en mis veintes, y mis conocimientos en la materia me proporcionaron una gran referencia de conceptos e imágenes de las que partí ara desarrollarme.
No fue sino muchos años después que realmente aprecié lo que significó alcanzar el cinturón negro, con el tiempo empecé a valorar los distintos hábitos, valores y disciplina que las artes marciales le proporcionaron a mi vida personal. Influyó en cómo abordaba todos los aspectos de mi vida, en la medida que fui hondando en materia de la productividad personal, las similitudes con el kárate empezaron a hacerse presentes de nuevas maneras. Mi conclusión fue y todavía es, que el trabajo (y la vida) ES un arte marcial, no sólo un reflejo de ella.
Aunque hay infinitas similitudes, una de las más interesantes que encuentro es el proceso de replicación, lo que es natural en las artes marciales también lo es para la vida.
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Aquí tenemos 10 razones por las que GTD® es como el kárate:
No hay movimientos de principiantes:
En kárate, los primeros movimientos que aprendes son os mismos que los que sabe un cinturón negro profesional, una patada giratoria, un bloqueo de arma blanca es igual para un principiante que para un sensei (maestro). Ser responsable de los compromisos que haces contigo mismo, decidir cuál es la siguiente acción física que se requiere para hacer algo que quieres o tienes que cambiar, precisar tus intensiones y la visión con la que interpretas las situaciones, todas ellas son ciertas desde el principio hasta el final, sin importar tu grado de madurez en la vida o en los procesos que atraviesas, no hay una manera de principiantes para vaciar tu bandeja de entrada por completo.
Se siente antinatural y contra tus instintos al principio:
Al tratar de ejecutar posiciones básicas de kárate de forma agraciada y natural parece imposible al principio, parece tan extraño como tratar de escribir todos lo que necesitas hacer para realizar una tarea al tiempo que se te va ocurriendo. También parece anti natura pasar tiempo valioso vaciando la información no esencial de tu lista de tareas, es una ciencia extraña… Que funciona.
Una vez que te acostumbras, se te hace lo más natural que existe:
Cuando dominas las posturas y movimientos básicos del kárate, tu andar adquiere una gracia y comodidad que te hace preguntar cómo pudiste no tenerla en algún momento. Una vez que fusionas resultados y pensar en las próximas acciones en tu vida, no hacerlo parece extraño y sin sentido.
Domina el manejo de movimientos básicos y la adjudicación de recursos:
Para poder romper un ladrillo con las manos, o apuntar a un punto específico sin previo aviso, requiere que aprendas a mover y dominar tu cuerpo de forma muy eficiente. Una vez que hayas dominado los cinco pasos del flujo de trabajo, no te quejarás del volumen de correos que tengas en tu bandeja de entrada, ni tendrás problemas en detener lo que estás haciendo para atender un imprevisto.
Alienta formas espontáneas y pacíficas de desenvolverte en la vida con el mínimo esfuerzo:
Cuando dominadas las artes marciales, involucrarse en conflictos se vuelve difícil de hacer, hasta ser innecesario, adicionalmente los mecanismos de defensa no se requieren con tanta frecuencia. Con la madurez que proporciona GTD, uno adapta un enfoque más intuitivo y relajado, sin sufrir por preconcepciones y restricciones.
No nacemos sabiéndolo ni haciéndolo (y si nacemos sabiendo, lo desaprendemos muy rápido):
No he conocido a una persona que haya crecido siendo naturalmente eficiente, en la forma en que se desenvuelven y desarrollan. Cuántos de ustedes no preguntaron automáticamente en su primer trabajo “¿Qué hay que lograr con esto?” o “¿Cuál es la próxima acción? (y ¿quién la hace?)”
Puede ser aprendido:
Aunque no nacemos siendo altamente eficientes, lo podemos aprender, ciertamente todos podemos mejorar en ello si nos lo proponemos. Todos pueden aprender a realizar mejores capturas, tomar de decisiones, organizarnos y repasar los resultados.
Se puede enseñar:
He visto personas que han aprendido kárate y han aprendido GTD, y en efecto, lo han aprendido.
Puede ser practicado:
Cuando más practiques los pasos de GTD y de kárate, más eficiente, elegante y hábil te convertirás en ellos.
No hay límites en cuán bueno te puedes convertir:
Cuando más aprendo de ambos artes, más me doy cuenta de lo que no sé y qué tanta experiencia, aprendizajes y representaciones me faltan por aprender.
Entonces… Hay una cantidad infinita de mundos, jardinería, golf, baile, música, el amor, arte, inversiones, ventas, guerra, paz, volar cometas, entrenar a perros, criar a sus hijos, GTD®… pero estos mundos no son excluyentes entre sí.
Todos tienen una tarea inicial, con relevancia y potencial, ninguna tarea parece fácil, obvia o natural a simple vista, todos tienen sus pros y sus contras, haciendo que se nos dificulte querer avanzar más en dichas disciplinas. Quizás, la manera más fácil de hacer las cosas es de la manera difícil al primer intento.
Por David Allen.