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¿Eres de las personas que odian los lunes? ¿Pasas toda la semana esperando que llegue el viernes? ¿Estás rendido mental y físicamente durante el fin de semana? ¿Te preocupa que tu salud comienza a deteriorarse y no puede modificar la tendencia? ¿Sientes que tu vida se ahoga en la rutina? ¿Te resignaste a dejar de luchar por tus sueños? ¡Cuidado!, estas son señales peligrosas. En este artículo te dejamos 5 acciones para escapar de la rutina y ser más productivo.

 

Aunque parezca increíble, dado el nivel de desarrollo que ha alcanzado la humanidad, no es fácil vivir en el mundo moderno. Son tantas las tensiones a las que estamos expuestos, tantas las preocupaciones que nos embargan día a día, tantas las dificultades a las que nos enfrentamos, que la vida se nos diluye en un torbellino sin que tengamos la posibilidad de disfrutarla.

 

Es una ironía, porque disponemos de todas las comodidades posibles, porque la tecnología nos facilita el trabajo y las tareas del hogar, porque internet nos permite estar conectados con quien deseamos, porque cayeron las fronteras que nos impedían adquirir conocimiento. Sin embargo, la rutina del día a día nos pone en jaque permanentemente, nos exige dar el máximo siempre.

 

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¡No hay respiro!

Como cabeza de mi empresa, como líder de un grupo de talentosos colaboradores y como padre de familia, sé que no hay respiro. No hay oportunidad de bajar la guardia, porque la competencia te devora vivo, porque cualquier error se paga caro, porque los peligros acechan a nuestros hijos. Entonces, la vida se convierte en una loca carrera que va minando nuestra resistencia poco a poco.

 

Y llega el momento en que lo pagamos: con la salud, con la pérdida de la tranquilidad, con problemas familiares, con la quiebra de tu negocio. Un costo demasiado elevado para algo que no tendría que estar fuera de control. Sé que no es algo fácil, porque yo mismo debo luchar a diario con ese silencioso enemigo que es la rutina, pero también conozco los beneficios de la victoria.

 

Los beneficios de la victoria…

Lo primero que hay que decir es que, contrario a la creencia popular, no todas las rutinas son malas. De hecho, algunas son muy buenas: el ejercicio físico, una alimentación balanceada, la capacitación constante, la lectura, pasar tiempo con tus hijos, salir de casa con tu esposa, escuchar la música que te relaja, reunirte con tus amigos y tomar un café, dormir de largo el fin de semana.

 

Si lo piensas detenidamente, son más, muchas más, las rutinas positivas de nuestra vida, solo que les otorgamos demasiado poder a las negativas. ¡Ese es el problema! Discutimos innecesariamente con el compañero tóxico, dejamos que la ansiedad del cliente nos robe la paciencia, ponemos demasiadas expectativas en otras personas y permitimos que situaciones sencillas nos incomoden.

 

No puedes permitir que tu vida se convierta en un incesante ir y venir de la casa al trabajo. Si lo haces, tarde o temprano tu cuerpo, tu mente y tu salud pagarán el precio, lo mismo que las personas de tu entorno. Vida solo hay una, y no sabemos cuánto durará: cumple con tus responsabilidades, pero no olvides que una de ellas es disfrutar de la vida.

 

​Por Emil Montás.

 

 

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