Pareciera que nosotros llegamos a este mundo para aprender y hacer dos cosas, completar y crear. Somos responsables de las consecuencias de todos nuestros actos, y debemos estar conscientes de todo lo que nuestras acciones generan.
En el área laboral, trabajo estos temas tanto con personas como con organizaciones. Completar, implica tener el control de las cosas en las que hemos fijado nuestra atención y nuestro compromiso. Crear, es la parte proactiva del proceso, en el que enfocamos nuestras energías hacia la obtención de mejores y más positivos resultados.
A pesar que los dos aspectos son esenciales, creo que la mayoría de las personas deben hacer mayor énfasis en la parte de completar, ya que nuestra cultura se enfoca más en la expansión sin fronteras y no necesariamente a ser cuidadosos en el proceso, tomemos como ejemplo el cómo estamos lidiando (o no) con el cambio climático y nuestra responsabilidad en él.
Con un poco de claridad
En uno de mis momentos de más claridad hace muchos años atrás, internalicé que no tenía que preocuparme tanto por lo que tenía que hacer con mi vida. Ya había creado tanto que sólo lo que debía hacer era lidiar con lo que se me presentaba de la mejor manera con las herramientas que disponía, resolviendo el problema lo mejor y más rápido posible. La vida se encargará de colocarme el siguiente reto tan pronto haya resuelto el anterior, ha sido un buen consejo que me ha ayudado mucho.
Cuando trabajo con las personas para finalizar y completar las tareas pendientes en el escritorio, en el correo electrónico, en sus mentes, siempre en el proceso me encuentro con que las personas se encuentran con un aumento de energía creativa en ellos. Pareciera algo natural en nosotros, encontrarnos inspirados cuando ponemos los pendientes al día.
Por David Allen.