Existe una aseveración en el campo de la comunicación que dice: “La única instancia en que estamos obligados a entender al otro, es cuando tiene dos años y es tu hijo. Salvando esas circunstancias, el sujeto debe aprender a comunicarse”.
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Venimos de una Cultura del “Adorno Comunicacional”
Hablamos y escribimos dando mucha información, anécdotas e historias. Nos encanta concentrarnos en los detalles, en los cuentos salpicados de expresiones, modismos y narraciones extensas.
Un poco como el Arte Barroco o Rococó, cargado de curvas, adornos, volumen y colores fuertes. Pero el mundo transitó por este período y en su evolución descubrió que la simplicidad podía explicar mejor un concepto, una emoción, un sentimiento.
Y el Minimalismo se apoderó de las Artes y se tradujo en diseños arquitectónicos, industriales, de interiores, gráfico, de modas y muchos otros en donde sólo se deseaba resaltar: un solo concepto a la vez. Con sencillez y mesura, pero con mucha potencia.
¿Y cómo se logra esta potencia?
Con el principio de: “Menos es Más”
- Menos palabras, más claridad.
- Menos explicaciones, más enfoque.
- Menos detalles, más entendimiento.
Y el mundo de las comunicaciones también ganó con este Enfoque Minimalista: donde mientras más focalizada sea la comunicación, más productiva es.
Entendiendo que la comunicación siempre es un proceso intencional con un objetivo a lograr, por lo que las dos partes, emisor y receptor deben compartir un mismo enfoque. Y las técnicas para lograr la efectividad en este proceso también se transformaron y lograron concentrarse en transmitir de una manera clara y directa un mensaje. Es así como el método de “Titulares” usado en el Periodismo (Noticias), o el “BLUF” (Bottom Line Up Front) de los Militares impactaron las comunicaciones. Y se quedaron.
Y luego la humanidad sufrió el caos comunicacional de los últimos tiempos:
- Cantidades de noticias, artículos e informaciones por emails, mensajes, redes sociales, etc.
- Data en constante cambio (El 90% de los datos manejados han sido creados en los dos últimos años)
- Exposición continua (24 horas del día y los 7 días a la semana) a un bombardeo de información, que no nos permite determinar rápida y eficientemente qué es lo verdaderamente relevante para nuestra vida y nuestro trabajo.
Esta situación ha creado la necesidad de ser unos comunicadores efectivos para poder alcanzar el progreso.
De hecho, la competencia “Comunicaciones Orales y Escritas”, pasó de ser accesoria y recomendable, a ser considerada esencial y vital. No sólo en el ámbito corporativo, sino en todas las esferas del mundo actual: Educación, Servicios, Negocios, Comercio, Entretenimiento, Artes y Cultura.
El convertirnos en Comunicadores Excelentes
No es un proceso que se da en el contexto laboral, simplemente comunicándonos. O intentando hacerlo. Requiere mucho más que eso:
En primer lugar, se debe entender que este proceso no se improvisa
Se debe definir de antemano lo que se desea lograr, cómo conseguirlo y cuál es el resultado esperado.
Recordemos que es un proceso con un objetivo que debe ser clarificado de entrada. Pues de allí es de donde se articulan las acciones requeridas y el propósito final.
Por otra parte, debe efectuarse un estudio profundo de la Audiencia que lo va a recibir
Sus motivaciones, idiosincrasia, necesidades, intereses y orden de prioridades. El contexto más amplio donde se mueven: Empresa/Industria y Entorno
A continuación, se debe trabajar en lograr que el Mensaje a transmitir sea corto, claro y memorable.
Teniendo en cuenta que el Mensaje es el protagonista de toda Comunicación. Acompañado con las herramientas, técnicas y canales que permita transmitir este mensaje de la forma más expedita.
¿Muchos detalles a tomar en cuenta? ¡Ciertamente!
Porque la Comunicación Focalizada, la Comunicación Productiva, no sólo es una Ciencia sino también es un Arte…
Y como dijo Blaise Pascal:
“Si hubiera tenido más tiempo, hubiera escrito una carta más corta”
Te invitamos a ver: Comunicaciones efectivas.