Ofrecer Feedback negativo a un empleado, finalizar una relación amorosa, amonestar a un trabajador, llegar a un consenso con nuestros hijos adolescentes: todas son “Conversaciones Cruciales”.
Según los autores Patterson, Grenny, McMillan y Switzler en su libro “Crucial Conversations”, hablamos de una discusión entre dos o más personas en donde:
- Hay mucho en juego
- Opiniones difieren e
- Intervienen emociones fuertes
Tabla de contenidos
¿Qué puede salir mal? ¡Pues prácticamente todo!
En este tipo de conversaciones, normalmente aparece nuestro peor comportamiento. Hemos sido diseñados durante muchas generaciones a reaccionar violentamente ante un tópico delicado. No con persuasión y delicadeza.
Al aparecer un asunto de esos, de manera espontánea, y sin preparación previa de nuestra parte, nos toma por sorpresa, sin manuales, ni guías, ni instructores. Es difícil reaccionar lógicamente y no de manera impulsiva. ¡Y sabemos que más tarde nos vamos a arrepentir… lo sabemos!
Pero estamos indecisos y probablemente actuemos a la defensiva. O evadiendo el tema. Cualquiera de estos dos cursos de acción tendrá consecuencias severas en cada aspecto de nuestra vida: salud, relaciones personales, carreras.
Saber manejar conversaciones cruciales es una herramienta.
La buena noticia es que saber manejar conversaciones cruciales es una herramienta que se aprende y domina. En Intelectum manejamos las Conversaciones Cruciales como técnicas para lograr diálogos efectivos.
Aprendiendo los siguientes pasos conseguiremos convertirlas en acción y resultados:
- Empieza oyendo a tu corazón: define lo que quieres y lo que no quieres.
- Aprende a observar: precisa el momento exacto en que una conversación se convierte en “crucial” y cómo reaccionas ante ella.
- Hazla segura: fija un propósito mutuo, aclara mal entendidos y discúlpate si es necesario.
- Monta tu historia: separa los hechos de las historias.
- Establece tu ruta: comparte tus hechos, cuenta tu versión.
- Pregunta por el camino de los otros: indaga, aclara. Compara los patrones y determina puntos en común, construyendo acuerdos.
- Actúa: ¿cómo tomar decisiones? ¿quién hará qué, cuándo y dónde? ¿cómo hacemos seguimiento?
Recordemos que la comunicación es una vía doble, por lo que seguir estos pasos no se asegura que el diálogo de logrará; a menos que la otra persona sí quiere dialogar también.
La otra persona elige cómo responder a los esfuerzos.
Y estas destrezas no se refieren a manipular o controlar a alguien. Se refiere a CONVERSACIONES (en plural), lo cual significa varias, más de una.
La idea es entender a las conversaciones cruciales no como la oportunidad de “resolver este problema”, sino como el inicio de un dialogo, el primer paso de los pasos necesarios para convertir una relación negativa en una positiva. Pensemos en nuestra pareja, en nuestro jefe, en nuestros hijos adolescentes: veamos estas interacciones con una perspectiva a largo plazo, basada en propósitos y respeto mutuo.
Es la manera inteligente de aplicar estas técnicas
Y que se conviertan en hábitos, vidas y sentimientos. No usarlas ocasionalmente en interacciones aisladas.
“La calidad de tu vida es el resultado de la calidad de tus diálogos y conversaciones: explora y construye tus conversaciones cruciales”
Por Albertina Roche.