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Si sus empleados no pueden desconectarse del trabajo, es probable que se estén quemando
Sus empleados pueden estar más cerca del agotamiento de lo que usted cree. Si no pueden establecer límites saludables entre su trabajo y su vida personal, o llamar para decir que están enfermos o tomar un día de vacaciones cuando lo necesiten, probablemente el agotamiento no esté muy lejos.
Los líderes necesitan instituir políticas que demuestren que se preocupan por la salud de los empleados y animen a los trabajadores a encontrar un buen equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Como por ejemplo:
- Deje que la gente use horarios flexibles, tome descansos y días de salud mental, e ignore los correos electrónicos nocturnos (que nadie debería enviar de todos modos).
- Hable con su equipo sobre sus expectativas. Dígales que descansar y desconectarse nos ayuda a recuperarnos y recargarnos, lo que nos hace más efectivos en el trabajo.
La idea es crear una cultura empresarial que inspire y motive a las personas, no que las agote.
Sus empleados no deberían tener que trabajar todo el día para demostrar su dedicación.
¿La empresa promueve empleados conectados?
Para ser justos también debemos reconocer que la empresa, como organización, muchas veces llama a personas a realizar determinadas acciones basados en políticas organizativas anacrónicas que no toman en cuenta el punto de vista o las razones que mueven a las personas.
Acciones como: despidos injustificados, reorganizaciones departamentales, política de comunicar desde el silencio y recortes de beneficios; por nombrar algunos, son los ingredientes que borran la palabra motivación de la mente de cualquier trabajador.
Una empresa que se preocupe por las pérdidas de personal, la productividad y los altos niveles de desvinculación de los empleados, debe revisar la selección y capacitación de sus gerentes. También es necesario revisar el tipo de personas que están colocando en estos roles críticos y su relación con los demás.
En conclusión, las relaciones son el tejido de la vida empresarial cotidiana, su calidad es el hilo del que está hecha la tela.
Por Rosendo Roche.