Cuando explicamos a nuestra Audiencia el costo de ser un micro-gerente, debemos a su vez señalar cómo visualizamos al gerente de hoy y cómo el liderazgo es un proceso.
Tabla de contenidos
Ser gerente en el entorno caótico que vivimos es cuestión de valentía.
Según César Piqueras en su libro: “Liderazgo Efectivo: Guía práctica para liderar sin complejos”, las 10 habilidades clave para liderizar son:
- Conocer los estilos de liderazgo: estilo autoritario (coercitivo), democrático (un camello es un caballo diseñado por un comité), afiliativo (la mejor persona que puedas conocer), timonel (síganme), coach (construyendo puentes) y visionario. Hay que examinar cada situación para definir cuando conviene usar uno y cuándo no.
- Aclarar expectativas.
- Definir Objetivos: horizontes temporales: a 10 años, a 3 años, anuales, trimestrales, mensuales, semanales, diarios.
- Dar Feedback. Específico, concreto y directo.
- Felicitar: tengamos pequeños gestos. La mejor forma de felicitar es la más atrevida.
- Corregir: porque hay que hacerlo siempre. Y hay que hacerlo bien: momento y lugar adecuados, agradecer, antes que nada, objetividad al comentar los hechos, consecuencias, pedir un cambio y negociarlo.
- Delegar en tres tiempos: hacer, desarrollar, pensar. El uso de la responsabilidad es muy importante.
- Evaluar personas. Hay 5 tipos de profesionales: las que exceden las expectativas, las que hacen un buen trabajo, las que tienen áreas críticas de mejora, los que no llegan a ser competentes, las de actitud tóxica. Están en 4 cuadrantes, en función de la aptitud (saber) y actitud (querer).
- Desarrollar personas. Gestionar el modelo GROW (en inglés: Objetivos, Realidad, Opciones, Voluntad).
- Potenciar la productividad. Sus cuatro ingredientes son una Meta Clara, un Plan concreto, Acciones y un Entorno favorable.
¿Suena ambicioso?
Más bien parece la combinación armónica de habilidades que siempre hemos admirado en nuestros líderes, vengan de cualquier tipo de medio. E incluyen:
- Personal: con todas sus funciones de coaching, mentoría, feedback y delegación.
- Estratégica: el ser traductores de planes y orden de prioridades de la dirección para su personal.
- Productividad: al evaluar las mejores prácticas y seleccionar aquellas más cónsonas con el estilo particular de la Empresa.
En resumen, el estilo gerencial hay que medirlo a cada momento para constatar que realmente permite el logro de las metas fijadas. Y adaptarlo a las nuevas situaciones, a las características de los empleados y a los retos y desafíos emergentes.
Por eso es que hablamos de un proceso y no un resultado, con nuevos insumos, procedimientos y operaciones. Una combinación delicada de factores y componentes que, a la final, siempre buscan una mayor efectividad y competitividad.
Por: Albertina Roche.