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Durante los tiempos actuales, sobrecargados no solo del bombardeo de información, sino también de esa mente que no deja de sentirse abrumada por la realidad, nos vemos sumergidos en un sinfín de ideas y asuntos, que rondan nuestra mente en el momentos y lugar más inoportuno.  Pero nada de eso es nuevo… Quizás ahora sea peor, pero la solución sigue siendo la misma. La misma que desde hace casi 40 años se imparte como Getting Things Done® o GTD®.

Uno de los elementos que ha confirmado la aplicabilidad universal de esa metodología, es el home office – o trabajo desde casa -. Veamos que nos comenta David Allen, creador de Getting Things Done® – GTD®., al respecto:

Estoy recibiendo muchas preguntas de este tipo en mis entrevistas. Hay un montón de cosas que tú y yo probablemente podríamos “intercambiar” sobre este tema. He encontrado, que mis respuestas clave son sobre la creación de límites y contextos para trabajar en casa:

  • Límites: físicos e interactivos.

  • Contexto: hacer que el trabajo sea atractivo

 

Tabla de contenidos

El límite físico

Consigue tu propio espacio, no lo compartas con nadie más. No tiene que ser grande… sólo tiene que ser tuyo, que nadie más pueda reorganizar o perturbar. Obviamente es bueno tener tu propia habitación, o tu propia porción de una habitación (aunque en realidad he entrenado a personas que compartía un escritorio con su cónyuge).

Mi punto:

  • Está bien, siempre y cuando tengas tu mitad, con tu propia bandeja de entrada, etc.; y ellos tengan la suya.
  • No me molesta mucho, pero una cosa que me molestaría absolutamente sería que alguien reorganizara mi espacio de trabajo, así que tendría que reorganizarlo para empezar.
  • Si estoy haciendo puré de papas y de repente pienso en un correo electrónico genial que me gustaría enviar de inmediato, tengo que ser capaz de entrar, sentarme y hacerlo, sin fricciones y sin retrasos.

 

El límite interactivo

Si vives con otras personas, asegúrate de que sepan cuando estás en modo de trabajo, en tu espacio físico de trabajo, ya que necesitan honrar eso.

  • Insinúales que usen el correo electrónico o una nota en tu bandeja de entrada, cuando sea posible, para no interrumpir tu flujo de trabajo.
  • Excepciones existen, por supuesto.
  • Usa el tiempo de descanso para ti mismo, para lidiar con conversaciones interactivas, cosas que pasan el rato, etc.

 

Contexto

  • Asegúrate de que tu espacio de trabajo en casa sea atractivo para ti.
  • Buena iluminación, idealmente con una ventana para mirar hacia afuera, todas las herramientas de trabajo a mano.
  • Todos los cables de carga de los equipos deben estar accesibles al instante y… vivos.
  • Debes tener la posibilidad de archivar fácilmente a mano sin tener que alejarte de tu escritorio.
  • Plantas, fotos, pinturas, como se desees. Si te sientas ahí, instantáneamente te pones en modo “hacer las cosas”.

Descubrí hace tiempo que la escritura y el pensamiento creativo se hace mejor en mi sillón en la sala con mi portátil, no en mi “espacio de trabajo”. Esos son dos contextos muy diferentes para mí. Por eso me deshice de mi gran pantalla Thunderbolt e invertí en un MacBook de 16″, para poder desengancharlo en un momento y pasar fácilmente a otro tipo de contexto de trabajo.

 

Parece simple, ¿verdad?

Como podemos observar, no hay correcto o incorrecto – sólo hábitos que te llevan a adecuar el mundo que te rodea a tu estilo, tus criterios, tus compromisos…

GTD® no es una camisa de fuerza que te obliga a hacer las cosas de una forma determinada; te da la herramienta para que construyas, adecúes, modifiques, actualices tu sistema auxiliar a tu realidad.

Sólo debes aprender los principios fundamentales de la Metodología GTD®