A menudo, la mala gestión de nuestras actividades diarias acaba privándonos de unas horas de sueño. Y cuando no proporcionamos el sueño reparador que nuestro cuerpo merece, nos damos cuenta de que el rendimiento y la atención del día siguiente terminan siendo perjudicados.
Dormir bien es fundamental para nuestro bienestar. Una buena noche de sueño puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar una variedad de enfermedades crónicas, mantener su cerebro sano y también estimular su sistema inmunológico. Para lograr y mantener todos estos resultados, existen algunas estrategias que te contamos en este artículo. ¡Sigue leyendo!
Cuando no dormimos bien por la noche, nuestro cuerpo puede mostrar signos de somnolencia, fatiga, falta de concentración / concentración, irritación y estrés. El cuerpo se vuelve frágil de tal manera que es más susceptible a la acción de virus y bacterias que causan gripes, resfriados y enfermedades crónicas. Todo este escenario conduce a una disminución en el ritmo de su productividad, impactando directamente en sus resultados profesionales.
Tabla de contenidos
¿Cuál es la relación entre el sueño y la productividad laboral?
Una mala calidad del sueño provoca un cambio en la productividad dentro del entorno laboral y hace que la persona no pueda permanecer alerta y motivada. En situaciones como esta, los detalles importantes pueden pasar desapercibidos y los errores se vuelven cada vez más comunes y constantes.
Dormir bien contribuye a mejorar el estado de ánimo, la capacidad mental y, en consecuencia, mejora la productividad. Otros beneficios de una noche de sueño revitalizante son la reducción de la fatiga y la mejora del rendimiento en las actividades diarias. Podemos ver que es sumamente importante entender que la calidad del sueño es una prioridad en nuestras vidas, tanto por el bien de nuestra salud como por el éxito profesional.
Dormir es un acto natural. Por tanto, si el sueño no llega de forma natural o si aparece en un momento inadecuado, significa que nuestro comportamiento está confundiendo al cerebro y necesitamos reeducarlo. La práctica de la higiene del sueño puede ayudarte a reorganizar tus comportamientos para mejorar la calidad de tu sueño.
Higiene del sueño, ¿qué es?
La higiene del sueño es un conjunto de prácticas rutinarias que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño. En esencia, se trata de cambiar hábitos poco saludables que se interponen en el camino para tener una noche de descanso que sea tranquila y reparadora.
Condiciones como el entorno que nos rodea, los alimentos que consumimos y otras acciones automáticas en nuestra vida diaria envían a nuestro cerebro un mensaje de que no debe “apagarse”. Entonces, cuando llega la hora de dormir, el sueño simplemente no aparece.
Para practicar la higiene del sueño, necesitarás:
1) Preparar el medio ambiente
El medio ambiente marca la diferencia en la calidad de su nuevo. Ten cuidado de hacer de tu dormitorio un lugar relajante y apropiado para una buena noche de sueño. Déjalo con poca o ninguna luz. Asegúrate de que tenga una temperatura agradable. Invierte en sábanas, mantas y almohadas cómodas. No lleves teléfonos inteligentes y computadoras a tu cama.
2) Capturar pensamientos y compromisos
Antes de irte a la cama, termina el día vaciando tu mente. Anota los pensamientos que surjan y las tareas que quedan para el día siguiente. Reflexiona sobre las cosas que salieron bien y las que no pudiste completar ese día. Esta práctica te ayudará a organizar mejor la información en tu cabeza. Deja una libreta al lado de la cama, así que si algún pensamiento te molesta, anótalo para resolverlo al día siguiente.
3) Cuida tu alimentación
Evita las bebidas alcohólicas y la cafeína por la noche. Intenta cenar al menos tres horas antes de acostarte. Si te gusta el té o la leche calientes, bébelos antes de acostarte.
4) Practica actividades relajantes
Antes de acostarte, crea un hábito de realizar actividades relajantes. Leer libros, escuchar música suave o listas de reproducción con ruidos agradables como la lluvia, el mar y la naturaleza son beneficiosos.
5) Practica actividades físicas
La práctica de actividades físicas puede convertirse en un villano mientras duermes cuando se realiza de forma incorrecta. Haz arreglos para realizar actividades al menos tres horas antes de acostarte o por la mañana. Además de cuidar tu salud física y mental, esta rutina te ayudará a mejorar la calidad de tu sueño.
6) Crea una rutina
Establece una rutina antes de irte a dormir. A medida que una actividad se convierte en un hábito, el cerebro comienza a asociarla de manera diferente. Al preestablecer un “ritual” para dormir, esta actividad se asocia automáticamente con el descanso. Determina los horarios para acostarte y despertarte.
Beneficios del sueño de calidad
- Razonamiento mejorado;
- Mayor concentración y memoria;
- Ayuda a regular el estado de ánimo;
- Más energía y energía;
- Productividad mejorada;
- Estimula la creatividad;
- Ayuda en el rendimiento físico y mental en general.
La aplicación del método GTD® a diario ayuda a mejorar la calidad de tu sueño, pero también es necesario adoptar la práctica de higienizarlo para maximizar los beneficios y tu salud y bienestar.