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Ninguno estamos a salvo de sufrir Burnout.
Ya sabemos que se trata de un exceso de agotamiento. Pero este agotamiento no llega por azar. Hay múltiples razones por las que determinadas personas son propensas a padecer burnout.
La acumulación de ciertas situaciones a lo largo del tiempo es lo que va a hacer que una persona caiga en este estado de sufrimiento psicológico y físico. Lo síntomas relatados en el apartado de las fases del burnout, podemos resumirlas del siguiente modo, lo que facilita tener un patrón de conducta más fácil de analizar:
- Sobrecarga de trabajo debida a falta de personal (bajas por enfermedad o vacaciones no reemplazadas).
- Relaciones conflictivas con los jefes o con los compañ
- Falta de autonomía o margen de maniobra.
- Desorientación, no conocer cuál es su misión, sus objetivos o para qué está sirviendo su trabajo.
En el caso que se den estas características de un modo progresivo y continuado, es muy probable caer en el síndrome burnout.
Los 9 errores que pueden conducir al burnout son:
- Pensar que sólo puedes sentirte realizado a través del trabajo. El trabajo es importante, sí, pero hay muchas más cosas que pueden hacerte sentir bien y realizado. Encuentra un buen equilibrio entre tu vida profesional y personal.
- Hacer siempre más y más y más con ahínco por miedo a posibles represalias o a perder tu trabajo. Todos tenemos unos límites y, por más que te exijan, hay veces que no se puede dar má
- No saber decir que no. Muy ligado con lo anterior. No solo te tienes que poner límites a ti mismo, sino también a los demás. Aprende a decir no.
- No escuchar a tu cuerpo. Desatender la fatiga recurrente, las pérdidas de memoria, los problemas de sueño, la falta de motivación. Si ignoras estas señales y tensas demasiado la cuerda, las consecuencias para tu salud serán importantes.
- Descuidar aspectos como la alimentación, la hidratación, la calidad de tu sueño o no hacer pausas regulares.
- Dejar de hacer cosas por el agotamiento mental y físico. A veces, el hecho de estar sumidos en una situación de profundo agotamiento hace que pensemos en dejar de hacer cosas que, precisamente, son muy beneficiosas. Haz vida social, haz deporte, practica tu actividad favorita, queda para tomar algo. En definitiva, no te dejes arrastrar por el cansancio.
- Ser perfeccionista. La perfección no existe, ni existirá jamá Así que mejor no la esperes, a no ser que quieras acabar agotado.
- No gestionar correctamente las emociones provocadas por malas relaciones con los compañeros o con un superior. Aprende a expresar lo que sientes y lo que piensas de manera adecuada y no continúes guardando este tipo de emociones en tu interior porque solo te llevarán a una situación de cólera, resentimiento, enervamiento y frustración.
- Entrar en conflicto con tus valores. Mucha gente siente un profundo malestar porque realizan un trabajo que está muy alejado de sus propios valores personales.
Si cometes uno o varios de estos errores, las consecuencias no se harán esperar: sensación de no tener el control, estrés, tensión permanente, pérdida de eficiencia, dificultad para desconectar, cambios de humor, insomnio, pérdida de autoestima y agotamiento mental.
Cada día es una espiral interminable de trabajo y más trabajo, donde nos dedicamos a atender las necesidades y consultas de nuestro equipo y sin un solo momento personal.
Por esto es que el síndrome burnout cada vez está más presente en las oficinas y poco a poco está constituyendo una amenaza para la retención del talento. Una de las cuestiones para identificar lo más pronto posible el síndrome burnout, es conocer sus fases. Ya que alguna de ellas puedes no reconocerlas a tiempo:
Fase dulce:
Cuando emprendemos una nueva tarea, a menudo comenzamos experimentando una alta satisfacción laboral, compromiso, energía y creatividad. Esto es especialmente cierto en el caso de un nuevo puesto de trabajo.
Se comienza a conocer las primeras responsabilidades y tensiones de la actividad. Se activan las primeras respuestas positivas para gestionar el trabajo.
Los síntomas más comunes son:
- Satisfacción laboral.
- Fácil aceptación de la responsabilidad.
- Altos niveles de energí
- Optimismo desenfrenado.
- Compromiso con el trabajo en cuestión.
Comienzo del estrés:
La segunda comienza con la conciencia de que algunos días son más difíciles que otros y la gestión de tareas comienza a estar menos controlada.
Síntomas:
- Insatisfacción en el trabajo.
- Menor productividad.
- Retraso de toma de decisiones.
- Menos interacción social.
Estrés crónico:
La tercera etapa es el estrés crónico. La frecuencia en la que se siente estrés es cada vez mayor. También se experimentan síntomas más intensos que los de la etapa dos.
Síntomas:
- No cumplimiento de plazos.
- Cansancio por las mañanas
- Mayor presión.
- Apatía
Burnout:
Esta etapa es el agotamiento en sí mismo, donde los síntomas se vuelven críticos. Continuar con normalidad a menudo no es posible en este estado, ya que se vuelve cada vez más difícil de afrontar.
Síntomas
- Sensación de vacío
- Aislamiento
Burnout crónico:
El burnout ya es un síndrome en sí mismo, pero el burnout crónico magnifica los síntomas y hábitos del que lo padece. Los síntomas del agotamiento están tan arraigados en la vida que es probable que se experimente un problema mental, físico o emocional significativo continuo, en lugar de experimentar ocasionalmente estrés o agotamiento.
Síntomas
- Depresión.
- Fatiga física crónica
Como puedes ver, muchos de los síntomas los puedes vivir en primera persona en algún momento de tu vida laboral. Por ello es muy importante tener un seguimiento de estos síntomas para erradicar cuanto antes los problemas que pueden conllevar.
Finalmente, recuerda que minimizar la aparición del burnout es cosa de dos:la Empresa y el empleado deben llegar a un acuerdo acerca de los límites del trabajo y las estrategias a seguir para prevenir y reducirlo.
Los empleados “quemados” no le convienen a ninguno de los dos partes…