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El envejecimiento parece llevarte a un declive de tu creatividad. Pero de muchas maneras, el cerebro logra ser más ágil y efectivo con el paso del tiempo. Le tomó muchísimos años a Barbara Hustedt Crook  escribir su primer musical. Empezó poco después de su cumpleaños número 60. Su amigo y colaborador, Robert Strozier esperó aún más, hasta los 65 años.

Pasaron muchos años de sus carreras escribiendo y editando en la ciudad de Nueva York. Incluso Bárbara estudió actuación, canto y piano. Pero crear un musical parecía imposible de lograr. ¡Hasta que lo lograron!

De alguna manera adquirí una seguridad que no tenía antes”, dijo Crook. “Mi cerebro se movía muy rápidamente y lograba oír mi voz interna, instintos y corazonadas de maneras que nunca había experimentado”.

Y, como estableció Strozier, los dos estaban mucho más deseosos de arriesgarse que en el pasado. “A una determinada edad, o te vuelves viejo, o te vuelves joven. Si te vuelves joven, te arriesgas y aceptas desafíos”.

 

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¿Seniors aceptando riesgos? No pareciera el estereotipo.

Hasta hace poco tiempo, las investigaciones establecían que el cerebro humano seguía un crecimiento absolutamente predecible. Va creciendo gradualmente, hasta que llega a la madurez y gana en tamaño y en músculo intelectual, hasta a los 40 años.

A partir de allí, el cerebro comienza a declinar hasta los 80 años en donde ya se ha perdido muchas de sus habilidades. No obstante, las nuevas teorías científicas establecen que el cerebro a una mediana edad (que va de los 35 a los 65 años y más), es mucho más elástico y flexible.

 

Lejos de empezar a decaer, el cerebro logra establecer nuevos sistemas cognitivos e interrelaciones cruzadas de formas nuevas.

Quizás no se pueda almacenar tanta data como cuando uno estudiaba en la Universidad, y la memoria a corto plazo no funcione tan bien; pero se maneja información y nuevos significados que no se podían alcanzar cuando uno era más joven.

Además, los cambios de temperamento necesarios para adaptarse a estos cambios crecen con más comodidad en la ambigüedad y son menos susceptibles a la frustración y a la irritabilidad.

La inflexibilidad y la confusión son problemas reales, pero para muchas personas el envejecer no afecta a su cerebro, sino lo mejora. Existen muchos ejemplos como Matisse, Georgia O´Keeffe y Doris Lessing quienes permanecieron productivos mucho después de cumplir 70 años.

El conocido neurólogo e investigador de UCLA, George Bartzokis, declara que cuando se está en la “midlife”, adquieres la habilidad de usar toda la información que tienes en tu cerebro todos los días, de forma fluida y continua…”y eso desde el punto de vista biológico, es SABIDURIA”.

Otro aspecto importante por considerar es que mientras envejecemos no sólo importan las conexiones, ¡sino también el trabajo en grupo! ya que es la manera única como las distintas partes del cerebro comienzan a trabajar en conjunto, mucho mejor que la suma de sus partes.

 

Por su plasticidad, el cerebro es una máquina especializada

Con regiones específicas controlando actividades especializadas. La gran divergencia viene entre el hemisferio izquierdo y el derecho, los cuales a menudo trabajan de forma independiente uno con el otro. Pero en la medida que envejecemos, las paredes que separan los dos hemisferios tienden a debilitarse, logrando entonces trabajar en conjunto.

El neurocientífico Robert Cabeza de la Universidad de Duke, señala que esta “bilateralización” puede ser un truco que el cerebro usa para compensar el declive, y al integrarlos, estos hemisferios funcionan mejor que nunca. Y es por ello que el proceso de pensamiento y de razonamiento se vuelven tan eficientes.

Es similar a la manera con que usamos las dos manos para levantar un peso, y lo que podías hacer con una mano cuando eras joven. En el cerebro, hay una hermosa y natural distribución de recursos.”

 

Mientras la flexibilidad de nuestro cerebro aumenta, así también mejora el temperamento en el trabajo diario. Algunas personas pueden volverse menos receptivas, pero hay muchas otras que les pasa justamente lo opuesto.

La conclusión más importante a la que se puede llegar es que todo esto es la resultante del proceso de evolución de los seres humanos: el aumento de las expectativas de vida ha traído muchos cambios. Y evolución no se refiere exclusivamente a reproducción; cada vez más estamos a cargo de nuestros hijos, nietos, e incluso de las personas con las que trabajamos.

 

El rol del pensamiento reflexivo del adulto mayor cada vez es más decisivo en las culturas actuales.

No todo el mundo logra conseguir la serenidad que viene con los años. Pero para aquellos que lo logran, estos años pueden convertirse en los mejores de sus vidas.