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Trabajadores, Teletrabajadores y Knowmads

Una de las tendencias que ha acelerado la pandemia es la disociación entre trabajo y sede laboral para gran parte de los profesionales del siglo XXI.

Este cambio no empieza con el COVID-19, sino mucho antes. Raquel Roca (2015) nos describía el fenómeno y sus dimensiones en su libro Knowmads y nos presentaba un cambio de estilo de vida, unas nuevas relaciones laborales y una distinta organización del trabajo, especialmente para los trabajadores del conocimiento.

La palabra knowmad es un anglicismo formado por dos palabras: know (conocimiento) y nomad (nómada). Es decir, «nómada del conocimiento». La idea fue acuñada por John Moravec y hace referencia a una nueva forma de trabajo basada en la:

  • innovación,
  • creatividad y
  • adaptabilidad.

Un knowmad es un trabajador que puede operar desde cualquier sitio donde tenga conexión a la red y se relaciona con personas de todo el mundo; puede no tener horarios ni equipo estable. Su gran característica es la flexibilidad.

 

EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Antiguamente, en la sociedad industrial los trabajadores vivían en un lugar fijo. En cambio, en la sociedad de la información en que nos encontramos actualmente, los trabajadores están continuamente cambiando de espacio y de trabajo.

Los últimos tienen la habilidad de adaptarse fácilmente a los cambios profesionales, un aspecto que hace que entren en contacto con gente muy diversa. Este diálogo enriquece el trabajador y lo dota de nuevas ideas que no tendría si fuera sedentario y no se relacionara.

Antes de las restricciones de movilidad por cuestiones sanitarias, los knowmads trabajaban desde casa, su segunda residencia, una cafetería, un hotel, un coworking… y podían viajar por todo el mundo sin dejar de trabajar. Esto, sin duda, volverá. Y serán muchos más. Millones de empleados ahora quedarán liberados de sus puestos «físicos» de trabajo en la empresa. Desaparecerán sus mesas y sus sillas, y pasarán a ser trabajadores en remoto definitivamente.

 

EMPRESAS REMOTE FIRST Y REMOTE FRIENDLY

Estamos viendo como las empresas se van posicionando respecto al teletrabajo y las medidas que adoptan para facilitarlo. Muy interesante es el concepto remote first o remote friendly que consiste en priorizar el teletrabajo, pero manteniendo unas oficinas físicas para aquellos empleados que prefieran trabajar en la empresa. No eliminan completamente la posibilidad de trabajo presencial, porque algunos empleados prefieren separar lo profesional de lo privado o porque sufren agotamiento y soledad cuando solo trabajan desde casa.

 

¿Pero qué queremos decir con remote first?

A diferencia de las empresas completamente remotas, las empresas remote first conservan una oficina para sus empleados; sin embargo, a diferencia de las empresas tradicionales que utilizan el acceso remoto ocasionalmente, para una empresa remote first, el acceso remoto es la normalidad.

Esto significa que todos los empleados son contratados como trabajadores remotos, pero pueden optar por utilizar un espacio en la oficina si lo desean y cuando lo deseen.

Para ello, las organizaciones deben facilitar las herramientas tecnológicas y adaptar los procesos de negocio para que sus empleados puedan desarrollar su actividad independientemente del lugar desde el que elijan trabajar. Por este motivo, habitualmente el empleado tampoco dispondrá de una ubicación fija y de uso exclusivo en la oficina.

Estas organizaciones deberán adaptarse a un entorno 100 % digital, desde videoconferencias a herramientas de colaboración y comunicaciones en la nube, como las centralitas virtuales.

Asimismo, deberán asegurar que tanto la información para que sus colaboradores desarrollen sus funciones, como las oportunidades laborales sean igualmente accesibles para todos los miembros de la empresa, estén donde estén, a través de la virtualización de las infraestructuras TIC. Además, un cambio importante es que el desempeño deberá medirse por:

  • la productividad,
  • los objetivos y
  • los resultados

En lugar de las horas trabajadas o la ubicación.

 

TELETRABAJO

Es cierto que la mayoría serán teletrabajadores en casa y no knowmads. Por ello, las empresas tendrán que garantizar unos equipos y unas conexiones que permitan trabajar en condiciones. Pero también, los empleados tendrán que pensar sus viviendas en función de esta nueva necesidad.

Destinar una habitación a oficina, puede representar una vivienda más cara, pero también puede abrir muchas opciones de cambio de residencia fuera de la ciudad.

Y los trabajadores tendrán que pensar cómo se organizan el tiempo y el espacio para garantizar no solo la productividad, sino también una buena comunicación con clientes y equipos y, además, mantener una buena salud física y mental. En esto nos puede ayudar un nuevo concepto, la «belleza laboral».

Piense en cómo es su trabajo ahora, cómo evolucionará. Si tiene una profesión que le permita trabajar en remoto, empiece a diseñar su vida a partir de una nueva situación. Quizás ya se ha adaptado. Si no, es el momento de plantearse muchas cosas y no solo un cambio de ubicación.

Si es empleador

Sin duda está ya trabajando en una nueva organización de los equipos, los espacios y las comunicaciones. Es importante tener en cuenta que no solo hay que facilitarles la tecnología para que puedan trabajar en las mejores condiciones, sino también proporcionar formación en gestión emocional y habilidades de relación en este nuevo escenario. Hay que apoyarles también en la vertiente más humana y no sólo tecnológica.

En esta nueva situación tendremos:
  • Los trabajadores que están en su puesto de trabajo o que tienen que desplazarse para prestar sus servicios (técnicos, personal sanitario, transportistas, docentes, etc.)
  • Los teletrabajadores, que trabajan en casa (administrativos, consultores, directivos, comerciales, determinados profesionales liberales, etc.)
  • Y los knowmads, que pueden trabajar desde distintos lugares no porque estén obligados, sino porque les gusta este estilo de vida.

 

La lista de habilidades que caracterizan el trabajador del futuro es infinita.

Cualquier persona puede ser un knowmad, basta proponérselo. En este nuevo escenario, necesitaremos tener entrenadas una serie de habilidades y procurar que no se nos pierdan las que teníamos antes de la pandemia. Resumimos estas habilidades en diez:

 

1. Capacidad de mantenerse integrado en equipos de teletrabajo o mixtos.

Hay que mantener las relaciones activas y evitar el aislamiento. Y cultivar la visibilidad.

 

2. Generar confianza en los primeros impactos.

Aumentan las relaciones pasajeras, colaboraciones puntuales, contactos con desconocidos en cualquier lugar y momento o telemáticamente.

 

3. Buenas maneras.

En la vida presencial y en la Imprescindible para causar una buena impresión y mantener nuestra reputación. La buena educación abre puertas y facilita el trato.

 

4. Conexión emocional en remoto.

En las videoconferencias, presentaciones virtuales, vídeo reuniones tenemos que conseguir el mismo nivel de implicación de los asistentes y tenemos que ser más conscientes todavía de lo importante que es conectar emocionalmente con nuestro público.

 

5. Telegenia.

Ante el auge de los formatos audiovisuales, hay que dominar el lenguaje televisivo y de vídeo, aunque sea casero. Gran parte de la información que emitimos y recibimos está ya en formato audiovisual.

 

6. Conocimiento de conducta no verbal multicultural.

Cada vez más, nos mezclamos en sociedades multiculturales, viajamos fácilmente a cualquier parte del mundo, realizamos videoconferencias con personas con otras pautas de comportamiento. Ante el mayoritario uso del inglés como lengua común, el idioma ya no es una barrera, pero sí lo pueden ser las distintas culturas no verbales.

 

7. Habilidad para la nueva escritura.

Un profesional se da a conocer también a través de lo que escribe. Y escribe mucho. Lo más valorado: agilidad. Necesitamos emitir mensajes claros, adaptados a cada formato y relación. Triunfo del movimiento plain language.

 

8. Capacidad de síntesis, claridad.

En todos los formatos de comunicación. Está obsoleta la retórica vacua, la extensión innecesaria, la verborrea. Vamos a lo útil. Lo menos es más.

 

9. Trabajar en coordinación.

En equipos cambiantes y en más de un equipo simultáneamente. La actitud de tolerancia, apertura y generosidad son vitales.

 

10. Gestión eficaz del tiempo.

No solo para su productividad y no caer en la procrastinación o en el caos, sino porque afecta las relaciones laborales y sociales/ Saber gestionar el tiempo personal y el profesional es uno de los grandes retos de esta nueva era.

 

En definitiva, un knowmad es una persona que aprende y se adapta fácilmente.

Y lo más importante es que no tiene miedo al fracaso, el principal motor para seguir innovando aunque algunos proyectos no hayan dado buen fruto. Por lo tanto, está en constante evolución y atento a las nuevas herramientas de captación de información. Se trata de un autodidacta digital, es decir, que por su cuenta adquiere conocimiento aunque valora muy positivamente el intercambio de opiniones con los que le rodean.

Todas estas características hacen de este trabajador una persona muy atractiva para las empresas. El valor de un knowmad también reside en que es capaz de crear una marca personal única e intransferible. Adquiere una identidad que lo diferencia del resto y esta es una característica que en el sector laboral se valora muy positivamente.

Quien no practique estas habilidades quedará fuera del mercado de trabajo. Las empresas que no lo incorporen serán menos competitivas respecto a las que tengan ese valor añadido.

Por Teresa Baró.