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¿Qué tienes de especial?
Una pequeña historia:
Cuando Fernando recibió por teléfono la llamada que le decía que estaban fuera de un gran proyecto, inmediatamente organizó una reunión con el cliente para discutir los porqués su propuesta era todavía viable para ser tomada en cuenta.
Fernando era todo un vendedor de proyectos de productos y servicios de una de las compañías más importantes de software del país. Sin conocer los detalles de la propuesta, fue capaz de vender todo un equipo completo de consultores con habilidades únicas para enfrentar uno de los proyectos con mayor riesgo.
Para Fernando su equipo era no sólo el mejor técnicamente hablando, sino también en lo que se refiere a tacto social, flexibilidad, adaptabilidad, integridad, responsabilidad, etc.
¿Alguna vez te han dicho que “no estás preparado” para un ascenso, a pesar de una exitosa trayectoria?
Este tipo de comentarios suele significar que has dedicado demasiado tiempo a desarrollar tus habilidades y no el suficiente a establecer relaciones. Debes saber lo importante que es saber vender. Tan importante como saber lo que se está vendiendo…con esas características se puede vender lo que sea. Por lo que, para conseguir un proyecto, una cuenta o un ascenso, construye tus relaciones.
En primer lugar, pregúntate si los responsables de la toma de decisiones saben lo que tiene de especial tu forma de trabajar. Tal vez seas un pensador estratégico, capaz de detectar tendencias y de relacionar información aparentemente inconexa. O tal vez seas un comunicador claro, que dice lo que hay que decir de manera que todos lo escuchen y actúen.
Una vez que hayas identificado en qué eres bueno, piensa en cómo puedes compartir tu habilidad más ampliamente. Por ejemplo, si eres bueno haciendo presentaciones, ofrécete a dar tu opinión sobre el ensayo de un colega antes de su próxima reunión importante. U organiza una conversación en la que tú y los miembros de tu equipo compartan consejos sobre cómo presentar a los altos cargos.
Cuando el jefe entienda tus habilidades especiales -y vea lo bien que trabajas con los demás- será más probable que apueste por ti la próxima vez que se abra una oportunidad de ascenso.
Explorando algunas pistas de solución:
La acción de vender tus habilidades y destrezas implica poder convencer que sabes de lo que estás hablando y para lograr esto, se necesita lo siguiente:
Desempeña tu rol en el escenario:
Toma tu tiempo para contestar una llamada o asistir a una entrevista. La preparación a una entrevista es esencial; ten presente las típicas preguntas que realiza un reclutador de cualquier tipo para poder contestarlas sin titubear. En la medida que te creas tu rol en el escenario y que eres más que un buen candidato, podrás transmitir la confianza de tu trabajo con solo ponerte de pie.
Mejora tu comunicación oral y escrita:
Dominar tu campo es muy bueno, pero saberlo expresar es mejor…si sabes trasmitir lo que sabes hacer en palabras escritas y habladas a un reclutador, automáticamente pasas a una siguiente etapa del proceso de selección. Jamás dudes en lo que estás diciendo, porque eso se trasmite.
Selecciona tus DOS fortalezas más grandes:
Ten presente un par de tus dos más grandes fortalezas donde se mencionen habilidades, destrezas, conocimientos, cualidades, etc. que sean tu característica principal.
Selecciona tus DOS debilidades más grandes:
De la misma forma que una fortaleza da poder, las debilidades no deben estar directamente relacionadas con aquellas habilidades o destrezas necesarias para desempeñar el puesto que se solicita. Son brechas entre lo que se quiere y en dónde se está.
Aprende a dar ejemplos de tus habilidades y destrezas:
Si mencionas una habilidad o destreza es importante mencionar un ejemplo de la Situación, Tarea, Acción y Resultado para no solo sonar a palabrería
Desecha habilidades técnicas:
Aprecia las habilidades y destrezas que te permitirán ser un agente de cambio, el más valorado por los clientes, un solucionador de problemas, un pensador crítico, un tomador de decisiones, un atento escucha, una persona con tacto social, un aprendiz veloz de tecnología y procesos, un diestro en las matemáticas, un analítico de lo que sucede en las empresas, un analítico e intérprete de resultados y tableros de control, un programador diestro, y un presentador de productos, servicios, etc.
Construye tu marca:
Como un producto, siempre ten presente las características, beneficios, sueldo, ejemplos y la confianza en ti mismo de lo que puedes hacer como un profesional en tu área; en otras palabras, aprende a comunicar lo que sabes y también las técnicas, procedimientos o herramientas para poner en la práctica tus experiencias.
¡La moneda está en el aire…!
¡Vamos a arriesgarnos, pero con todo a nuestro favor!
Por Albertina Roche, Consultora Intelectum Beyond Consulting.