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¿Obtienes un valor real de la retroalimentación recibida?
A veces los colaboradores no están seguros de cómo pasar de recibir la retroalimentación, a usarla para crecer. Asumir que las retroalimentaciones son sólo críticas a tu trabajo, es la manera de dejar pasar una gran oportunidad para mejorar, para demostrar tu potencial y para tomar ventajas de las futuras oportunidades que te pueden estar esperando.
Sin embargo, cuando las condiciones laborales o generales son turbulentas, entender el potencial asociado con la retroalimentación en el momento en que lo recibes puede ser complicado. Para darle uso correcto a tu retroalimentación, aquí te planteo una serie de pasos que te darán la oportunidad de pensar con claridad sobre esa retroalimentación.
Y eso puede ocurrir en cualquier momento del proceso:
1.- Primero, habla de tu retroalimentación con alguien que sea confiable, curioso y que no esté ni en posición ni con el deseo de evaluar tu desempeño.
- Pídele que te escuche atentamente y que te ayude a ordenar tus pensamientos.
- Debe actuar como un facilitador para que tu entiendas en detalle el contenido y propósito de la retroalimentación. En muchos casos, hay una diferencia entre lo que lees, escuchas y su verdadero contenido.
2.- Redacta un plan inicial de desarrollo
- Incluye un resumen de los comentarios
- Las preguntas que tengas al respecto
- Los objetivos
- Los pasos que darás para mejorar y la ayuda que necesitarás para ello.
3.- Comparte ese plan
- Con las personas que te dieron la retroalimentación
- Aprovecha la oportunidad para hacer tus preguntas.
- No debatas ni te pongas a la defensiva.
4.- Revisa tu plan
- Con sus nuevas aportaciones,
- Incluye la forma en que medirás tu progreso.
5.- Empieza a seguir tu plan
- Comprueba con tus colegas cierto tiempo.
- Con su ayuda y tu compromiso, seguirás mejorando y avanzando.
Y para finalizar, una pregunta para ti: ¿en qué se parece este esquema, a la propuesta de los cincos pasos de Productividad de Getting Things Done® – GTD®?